Categorías
Videncia

Cómo enamorarse de la vida cotidiana

Todo el mundo tiene una lista de cosas que desea, cosas que harían su vida mejor, que anhelan experimentar. Cuando miramos el panorama general, son sólo deseos nebulosos. Puede que no sepamos exactamente en qué consistirán, pero tal vez sean un indicio de algo mejor que nos espera. ¿O tal vez sólo sean una pérdida de tiempo? En cualquier caso, no tiene sentido insistir en estos pensamientos y deseos porque no cambiará nada en el presente ni en el futuro. ¿No es así? Esta frase la pronuncian a menudo las personas que no están contentas con la situación de su vida en este momento. Como si se tratara de un bucle sin fin, como si la felicidad fuera algo que sólo pudieras dejar atrás una vez que la hayas dejado también muy atrás. ¡Si tan sólo! En lugar de sentirte atrapado por tus circunstancias actuales y suspirar por un futuro que quizá nunca llegue, ¿por qué no aprovechar al máximo el aquí y el ahora? ¿Por qué no un ritual de amor de la vida cotidiana?

No seas perfeccionista

Una de las causas más comunes de la infelicidad es la fijación en la idea de la perfección. Todos queremos ser felices, pero a menudo deseamos serlo más de lo que realmente queremos serlo. Queremos ser libres, tener el control, desear lo que queremos y no lo que no queremos. Y queremos que ese deseo sea puro, porque queremos ser perfectos. Tenemos que pararnos a pensar en esto. No se puede tener el deseo de algo y el deseo de ser perfecto al mismo tiempo. No somos perfectos. Somos humanos. Todos cometemos errores. No todos somos perfectos. Todos tenemos defectos. No se supone que todos seamos iguales. Se supone que somos diferentes. La perfección no es un estado alcanzable del ser. Es un ideal que hemos creado en nuestra mente, un ideal en el que nos hemos empeñado en fracasar. Tenemos que aceptarnos a nosotros mismos y a nuestros defectos e imperfecciones. Tenemos que aceptar que somos humanos, que todos somos imperfectos y que no se supone que seamos perfectos.

Ser consciente de tus pensamientos y acciones

En lugar de limitarte a fantasear con la vida y el futuro que quieres, ¿por qué no intentas vivirlo ahora? Seguro que no tienes todo el dinero del mundo y puedes estar luchando por llegar a fin de mes, pero tienes la oportunidad de vivir una vida extraordinaria. Tienes la oportunidad de ser la persona que realmente quieres ser. Tienes la oportunidad de tener la vida que siempre has querido y con la que sólo has soñado. Si no estás contento con tu vida en este momento, no es una razón para conformarte con menos. No importa lo mal que esté tu vida, si eso es todo lo que puedes ver, si sólo tienes la visión de lo que no tienes, no es suficiente para hacerte feliz. En cambio, intenta ser consciente de tus pensamientos y acciones. Busca las señales de infelicidad, porque la infelicidad suele ser el resultado de un pensamiento. Busca las señales de frustración y enfado, porque a menudo son el resultado de un sentimiento. Observa si tu felicidad depende de que las cosas sean de una manera determinada o de que tú seas de una manera determinada.

Cultiva la conciencia de ti mismo

La autoconciencia es una de las cosas más importantes que podemos tener. Si no eres consciente de tus emociones y pensamientos, no eres consciente de ti mismo. Estás perdido en un mar de sentimientos e ideas sobre los que no tienes control. Puedes estar totalmente consumido por ellos y estar a su merced. Cultivar la conciencia de uno mismo es probablemente lo más difícil que tenemos que hacer. Es algo que sólo podemos empezar a hacer cuando somos absolutamente conscientes de que lo necesitamos. Tenemos que estar dispuestos a dejar de hacer lo que estamos haciendo y mirarnos a nosotros mismos. Tenemos que hacernos realmente esas preguntas que seguimos evitando: ¿Qué estoy sintiendo ahora mismo? ¿En qué estoy pensando ahora mismo? ¿Soy consciente de estas cosas o estoy totalmente consumido por ellas? La respuesta a estas preguntas nos guiará en nuestro siguiente paso.

Sé valiente y haz lo que te da miedo

¿Has oído alguna vez la cita de Muhammad Ali “Soy la cosa más hermosa que ha creado el universo, y sólo tú puedes hacerme feo”? Es una afirmación valiente. Es una declaración sobre la autenticidad, sobre vivir tu vida, sobre aceptarte a ti mismo por lo que eres y como eres. Todos somos hermosos. Y todos tenemos miedo. ¿Pero qué pasaría si fuéramos lo suficientemente valientes para enfrentarnos a nuestros miedos? ¿Y si fuéramos lo suficientemente valientes para hacer lo que nos da miedo? Tengo una amiga que tiene miedo a las arañas. ¿Y si dijera: “Me gustaría visitar un lugar donde se guardan arañas, pero también les tengo miedo. Tengo aracnofobia. ¿Qué hago?”. ¿Y si estuviéramos dispuestos a ser lo suficientemente valientes para pasar a la acción? Tenemos que estar dispuestos a hacer cosas que nos asustan, que nos incomodan, que nos hacen sentir vulnerables, para no tenerles miedo.

Aprender nuevas habilidades y probar cosas nuevas

Dedica tiempo a cultivar tus intereses. Encuentra algo que te guste hacer, que se te dé bien, que te proporcione una sensación de emoción y propósito. Puede ser algo en lo que nunca hayas pensado antes. Puede ser cualquier cosa, desde aprender a pintar hasta aprender a tocar la guitarra. Puede ser desde aprender a hablar otro idioma hasta aprender a cocinar. Aprende nuevas habilidades que te den un sentido de propósito, que te enseñen algo sobre ti mismo y tu mundo. Puede ser cualquier cosa, desde aprender a escribir hasta aprender a tocar un instrumento o a hablar otro idioma. Aprende algo que te interese y que te entusiasme.

Cuídate física y emocionalmente

A nivel físico, come bien, duerme lo suficiente y mantente hidratado. Asegúrate de llevar una dieta equilibrada. Evita el alcohol, la cafeína y los alimentos azucarados. Asegúrese de hacer suficiente ejercicio. Esto puede parecer un poco superficial, pero es importante cuidar y atender tu cuerpo. Sólo tienes uno y si lo descuidas, se notará cuando ya no estés para cuidarlo. En un plano más emocional, asegúrate de no estar demasiado estresado. Asegúrate de no estar demasiado triste. Asegúrate de que tus expectativas son realistas. Asegúrate de que no te exiges a ti mismo un nivel de exigencia excesivamente alto.

Conclusión

La felicidad no viene de conseguir una lista interminable de objetivos y deseos. No viene de adquirir las cosas que quieres, las experiencias que anhelas. La felicidad no proviene de las cosas que puedes controlar. En cambio, la felicidad es algo que viene del corazón, del lugar donde reside tu alma. Las personas que son felices han encontrado la manera de conectar con su corazón y vivir desde ese lugar. Puede que aún no sepas cómo hacerlo, pero siempre puedes intentar conectar con tu corazón y vivir desde ese lugar. Si buscas una forma de ser más feliz, de enamorarte de la vida cotidiana, de cultivar el autoconocimiento y de ser valiente y hacer lo que te da miedo, estos consejos son para ti.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *